Cuando algún vecino hacía una mudanza u obras en su vivienda, siempre debatíamos por la mala protección del ascensor. Entre todos adquirimos un Qenval y de esa manera conseguimos que no se volviera a discutir sobre ese tema.
Hemos ahorrado costes porque el mismo Qenval lo llevamos de una obra a otra. Este producto se adecua a los diferentes ascensores.
He dejado de recibir llamadas de vecinos quejándose de la protección del ascensor cuando se están realizando obras. Tengo más tiempo para dedicarme a gestionar otros asuntos.
Entre los vecinos compramos un protector Qenval. Cuando necesito que me suban cualquier mueble o gran electrodoméstico, lo suelo colocar antes de que vengan los trasportistas. Es muy ligero y fácil de instalar.
Desde que hemos empezados a instalar Qenval en los ascensores de nuestros hoteles, nuestros huéspedes perciben que somos cuidadosos con las cosas que nos importan.